En primer término se trata de un experimento exploratorio básico surgido de inquietudes fundamentadas y mi preocupación por la salud de todos.
Desde ya tiene limitaciones propias de la falta de recursos pues lo llevé adelante sólo, con indiferencia, resistencia y hasta negativa de terceros para colaborar, poniendo yo más de 500 mil pesos de mi bolsillo más otros gastos, estando sin trabajo.
Podría haberse hecho mejor?
POR SUPUESTO QUE SÍ, con más y mejores mediciones, en diferentes contextos incluso utilizando un microscopio electrónico….pero lamentablemente a pesar de tener las mejores intenciones y un corazón enorme, en ésto he estado sólo y sin financiamiento de ningún tipo.
Las mediciones que se hicieron costaron mucho…costó conseguir el laboratorio, idas y vueltas, comunicaciones para definir el envío de las muestras…etc etc.
La empresa Andreani sospechosamente “extravió” la encomienda que envié al laboratorio JLA con los dos primeros tubos entreteniéndome durante 3 semanas con excusas ridículas. Tuve que esperar 1 mes más e ir yo personalmente manejando 7 horas en total para entregar dos nuevos tubos en mano en el laboratorio ubicado en General Cabrera, Córdoba.
Las mediciones de metales en polvillo de agua de lluvia son indirectas si es la intención vincular la presencia de metales con actividades de geoingeniería, puntualmente la sospechada diseminación de aerosoles estratosféricos, los llamados chemtrails.
Tendría que haber subido al cielo y tomado muestras de las estelas directamente detrás de los aviones en pleno vuelo…pero eso claramente “no me fue posible”…( para los opinólogos de turno que no hacen más que intentar descalificar diciendo que el estudio no es “serio ni profesional”).
Por ahí explico que desde luego no tengo certeza plena del origen del aluminio ni del resto de los elementos presentes en la lluvia, pero sí pude comprobar al menos que se encuentran allí en cantidades no despreciables sabiendo además que la geoingeniería existe y que algunos de esos elementos (Aluminio, Bsrio y Cinc) vienen siendo insistentemente propuestos por la ciencia oficial desde hace años como elementos constituyentes de nanoparticulas metálicas para rociar los cielos y bloquear parcialmente el sol.
Es aquí donde este simple trabajo abre la duda, permite investigar más a fondo e informar sobre la probada toxicidad de la nanotecnología, las nanopartículas metálicas propuestas para la ingeniería solar.
Habiendo estudios de la ciencia oficial investigando con preocupación la toxicidad de nanoparticulas inorgánicas en productos comerciales de cosmética y limpieza en aerosoles, cómo no prender las alarmas y prestar atención a potenciales fumigaciones masivas sobre poblaciones y ecosistemas?
La comunidad en general y los médicos en especial escuchan una y otra vez hablar de nanotecnología y nanoparticulas pero desconocen su alta toxicidad.
Por tanto este informe con los resultados y las dudas que surgen me habilita a poner sobre la mesa una temática inquietante.
Así mismo los resultados con todas sus críticas permiten además alarmar a la sociedad sobre la existencia de la geoingeniería y sus peligros invitándola a mirar de una buena vez para arriba y hacerse preguntas.
Por último el hecho de que un simple médico de familia haya tenido que hacer un estudio como éste a puro pulmón con todas sus limitaciones pone de manifiesto el desinterés y hasta la negación de los gobiernos y sus supuestos organismos de control medioambientales para reconocer que los cielos no lucen naturales, que vienen siendo abiertamente intervenidos y que muy probablemente nos vengan fumigando a todos desde hace años con la excusa de combatir el controversial “calentamiento global”.
Gracias a los que comprenden la importancia y agradecen la realización y presentación de este humilde trabajo e informe.