Fue la respuesta de la directora de Epidemiología del Ministerio de Salud en una entrevista con Clarín. Otros expertos consultados consideran que su circulación debería medirse mejor.
La variante Delta ha demostrado un alto nivel de contagio. Las personas infectadas tienen alrededor de 1.000 veces más partículas virales en sus sistemas respiratorios superiores que las personas contagiadas con otras cepas del Covid. Los pacientes tienen más del doble de probabilidades de ingresar a un hospital, casi cuatro veces más de ir a terapia y el doble de riesgo de morir. Lo dice el CDC de Estados Unidos. ¿Por qué sería diferente en Argentina?
El escenario, advierten los expertos entrevistados por Clarín, sería calcado en nuestras tierras. La diferencia sería que la nueva versión del virus ya va a estar pegando muy fuerte para cuando las autoridades sanitarias puedan confirmar su circulación comunitaria. Es que Argentina está entre los países que menos test secuencian. Desde el primer brote se testeó poco. Ahora se genotipifica menos.
La justificación del Gobierno de por qué la pandemia se “mide” tan a cuenta gotas es argentina, de cara a la tercera ola. La idea es que “Delta es una variante más”. Sin embargo, para algunos científicos esta variante es el paradigma de convergencia evolutiva del virus, ya que ha logrado seleccionar lo peor de cada una de sus predecesoras.
De acuerdo a la cantidad de test que se hacen en el país -unos 100 mil por dia-, ¿cuál es el porcentaje de muestras sobre las que se hace la vigilancia genómica?
Analía Rearte, la directora de Epidemiología e Información Estratégica y la persona más autorizada para hablar de cómo se genotipifica en Argentina, detalla a Clarín la estrategia oficial de medición de la pandemia.
Operativo de búsqueda de la variante Delta en Monserrat, a fines de julio. Foto: Emmanuel Fernández
“Hay algunas jurisdicciones que hacen su vigilancia, no tengo los datos, con algún tipo especial de PCR que hay. Nosotros, desde el Malbrán, la hacemos en viajeros (del exterior), también se analizan las muestras donde se encuentre un aumento inusitado de casos, en las personas que hacen enfermedad grave o fallecen, también en personas que tienen vacunación completa (las dos dosis) y fallecen, y después, cada una de las provincias nos envían al Malbrán entre 15 y 20 muestras semanales para hacer un análisis aleatorio. Además, el Consorcio interinstitucional para la Secuenciación del genoma y estudios genómicos de SARS-COV-2 (o Proyecto PAIS) analiza entre el 20% y 50% de las muestras positivas”, dice Rearte.
Los datos que da Rearte se contradicen con las cifras que arrojan los informes epidemiológicos: desde enero a comienzos de agosto se secuenció sólo el 0,1 por ciento del total de los casos positivos en le país. Se reportaron 3.394.241 nuevos casos positivos de Covid y se realizaron 3.632 secuenciaciones
– ¿Por qué la vigilancia genómica no escala?
– La vigilancia genómica es indistinta de la cantidad de casos que tengas. Uno pone estrategias de a quién va a secuenciar, nosotros tomamos los lineamientos de la OMS. No hay ningún país del mundo que secuencie el 100% de las muestras. Después, con las muestras poblacionales (no por individuos sino por población) lo que vamos monitoreando es de las muestras que se aíslan, cuál es la proporción de cada una de las nuevas variantes. Estamos haciendo lo que las recomendaciones internacionales dicen.
– Cada vez hay más casos de Delta sin relación con viajeros. Desde la vigilancia genómica, ¿qué se hace para encontrar y detectar la eventual circulación comunitaria?
- Hasta ahora las jurisdicciones nos están dando otras variantes (no Delta). Lo que se hace es retrasar (la circulación de esa variante), y con la baja cantidad de casos que estamos teniendo, las jurisdicciones están aumentando muchísimo el control de todos los casos. Porque no es solamente ‘variante Delta’, Cuando se encuentra Delta, las indicaciones son exactamente las mismas que con Manaos: aislar, buscar a los contactos estrechos.
El Instituto Malbrán se ocupa de parte de la vigilancia genómica. Foto: Mario Quinteros
– Argentina es uno de los países con más muertes y donde menos vigilancia genómica hay desde el inicio de la pandemia. ¿Por qué?
– La mortalidad…depende de cómo la midas. Si vos medís mortalidad 100 mil habitantes, hay un problema ahí, porque los datos se miden de los registros de vigilancia. Y los registros en los países son tremendamente dispares. Cuando medís el exceso de mortalidad (el numero de muertos que hay en una crisis o pandemia), donde se incluyen no sólo las muertes por Covid sino por la saturación del sistema de salud, hay países en la región que no registran esas muertes por infarto por ejemplo porque no pudieron ser atendidos. Nosotros los incluimos. Tenemos muy muy poca subnotificación de fallecimientos. En exceso de mortalidad, no estamos entre los primeros. Al contrario.
– ¿Entonces la vigilancia genómica no es relevante? ¿No sirve para evaluar reaperturas o restricciones?
– No te cambia la forma en que controlás la pandemia. Las medidas sanitarias son las mismas para Alfa, Delta, Gamma o las próximas que vengan. No es que si no tengo Delta, me quedo tranquila. Aunque no tenga Delta, y ahora más con los chicos en las escuelas, hay que enseguida aislar el caso y todos sus contactos. Independiente de cuál es la secuencia. Hoy es Delta la preocupación, mañana va a se otra y pasado otra. Como con la influenza ¿secuenciamos todos los casos de gripe? No. Se hace a los casos graves. Porque uno define como política qué es lo necesario para tener un impacto en la salud pública. La secuenciación de variantes de Covid se hace para aislar. Secuenciar sirve para ver la severidad de una variante y tener una idea de cuál es el porcentaje de circulación.
– ¿No es distinto el coronavirus con sus variantes que la influenza?
– Es que decime qué medidas tomarías de una persona, individual, no poblacional, que tiene variante Delta y qué medidas tomarías con alguien contagiado con Gamma. No es que si tiene variante Delta, por ejemplo, la internás y le pasás algún tratamiento. Independientemente de la variante, la aislás a la persona. No es como, otro ejemplo sumado al de la gripe, es importante determinar el germen, meningo o neumo, que tiene un tratamiento u otro, con los contactos y demás. En el coronavirus, de manera individual, no cambia.
Advertencia de expertos
Para Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, la variante Delta no es una más.
“Primero está el período de calma, cuando se está con las variantes anteriores, luego toma una cierta circulación (Delta), y es a partir de la tercera o cuarta semana de que empieza comunitariamente y hace un efecto espiralado de ascenso. Eso se detecta con la vigilancia genómica. Cuando produce caos o estrés sanitario aumenta la probabilidad de complicaciones”, marca.
En la misma línea, el reconocido infectólogo Eduardo López también marca a Clarín algo que debería pasar y no pasa en la Argentina.
“La Delta pone en jaque a los mayores de 60, no te digo con comorbilidades, en general, que no tienen la segunda dosis. Y para frenar la circulación comunitaria, que ya es casi un hecho, tenés que testear más y secuenciar más. Conocer cuál el la variante ayuda a la toma de decisiones, sin dudas. Acá se testea poco y se secuencia muchísimo menos. Todas las variantes siempre mostraron cierta demora para ser identificadas como predominantes. No fue así hasta que se mostraron muy evidentes”, cierra.