Todavía hay entre 10.000 y 15.000 estadounidenses que necesitan ser evacuados, además de entre 50.000 y 65.000 afganos y sus familias a quienes EE.UU. también quiere sacar del país.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, pidió este domingo la asistencia de varias aerolíneas comerciales de EE.UU. en las labores de evacuación de Afganistán.
En un comunicado, el Pentágono informó de que las aerolíneas American Airlines, Atlas Air, Delta Airlines, Omni Air, Hawaiian Airlines y United Airlines participarán con 18 aeronaves.
“Estos aviones no volarán al aeropuerto Hamid Karzai International Airport in Kabul. Serán usados para el movimiento de pasajeros desde bases temporales seguras y centros interinos de tránsito”, señaló la nota oficial.
De este modo, agregó el Pentágono, se permitirá “a los aviones militares centrarse en las operaciones de llegada y salida de Kabul”.
Estados Unidos ha alcanzado acuerdos con diversos países, entre ellos Alemania, Catar, España y Baréin, para que acojan temporalmente a estadounidenses, solicitantes de visas especial y afganos en riesgo en tránsito hacia territorio estadounidense.
Se trata de la tercera vez que se activa el mecanismo de la Flota Aérea Civil de Reserva, la última vez en Irak entre 2002 y 2003.
El Pentágono indicó este sábado que “en las últimas 24 horas” han sido evacuadas 3.800 personas de Afganistán, lo que sitúa la cifra total en la última semana en 17.000, de los cuales 2.500 son ciudadanos estadounidenses.
La salida de estadounidenses y de sus colaboradores afganos en vuelos militares transcurre a un ritmo menor al esperado en medio de una situación de seguridad en Kabul “extremadamente dinámica”.
Según estimaciones de la Casa Blanca, todavía hay en Afganistán entre 10.000 y 15.000 estadounidenses que necesitan ser evacuados, además de entre 50.000 y 65.000 afganos y sus familias a quienes EE.UU. también quiere sacar del país.
Washington inició la retirada de sus tropas de Afganistán, tras 20 años de presencia, en mayo pero se ha visto obligado a acelerar la evacuación de los estadounidenses que quedan en Afganistán y de sus aliados tras el rápido avance de los talibanes, que el pasado domingo tomaron Kabul y controlan casi todo el país tras la huida del hasta ahora presidente afgano, Ashraf Ghani.