Al igual que muchas instituciones heredadas, la OMS se ha visto envuelta en una sobrecarga burocrática, paradigmas arraigados, conflictos de intereses y políticas de poder internacionales. Si bien Estados Unidos ha aportado históricamente la mayor parte de la financiación de la organización, otros países, como China, han ejercido una influencia indebida en su funcionamiento en beneficio de sus propios intereses y no especialmente de los intereses de la población mundial.
La cooperación mundial en materia de salud sigue siendo de vital importancia para @POTUS y para mí, pero no está funcionando muy bien bajo la OMS, como demuestran los fracasos de la era COVID. Insto a los ministros de sanidad del mundo y a la OMS a que tomen nuestra retirada de la organización como una llamada de atención.